Dígaselo a Alguien. Después de que usted ha sido salvado es importante que se lo diga a alguien. En
la Biblia leemos respecto a Andrés, quién llegó a ser uno de los discípulos de Jesús. Después de haber confiado en Jesús como
su Salvador dio otro paso importante. ¡Se lo dijo a alguien! Es más, se lo dijo a su hermano. Juan 1:41 dice de Andrés: "Este
halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías." La explicación que dio de su salvación
no fue muy larga, ni muy detallada, y definitivamente no muy teológica. Andrés era un pescador, no un teólogo. Con el paso
de los años aprendería más acerca de Dios y llegaría a ser más entendido teológicamente, pero en ese momento acababa de convertirse.
Sencillamente le contó a su hermano lo que había hallado. Nadie espera que usted tenga todas las respuestas o sepa
toda la terminología correcta inmediatamente después de haber sido salvado. Dios no espera de usted tal cosa. Todo
lo que usted necesita hacer es contarle a alguien lo que ha ocurrido en su vida. Dígale que Jesús ha llegado ha ser real para
usted, que él ha venido a su vida y le ha salvado. Esto no le hace un misionero, pero si le hace un testigo. Jesús
quiere que seamos Sus testigos (Hechos 1:18). Hablar acerca de su salvación tal vez no sea fácil, e incluso es
posible que usted no comprenda todo lo que le ocurrió cuando fue salvado. Pero contarles a otros de su nueva vida
en Cristo le ayudará en varias maneras. Le ayudará a aclarar su pensamiento; usted podrá separar las preguntas que tiene en
su mente de los hechos que ya conoce. También le ayudará a solidificar en su propia mente lo que ha ocurrido. Y llevará a
sus amigos a verse cara a cara con el amor que Dios les tiene. --------------------------------------------------------------------------------
"Tenemos una historia que decir a las naciones, pero también una historia para que se la diga a sus vecinos."
- Vance Havner --------------------------------------------------------------------------------
Una palabra de precaución. Cuando usted le cuente a alguien lo que ha ocurrido, no empiece una discusión. Nadie
viene a Cristo como resultado de una discusión; si no que frecuentemente vienen a él como resultado de un testimonio. Sea
genuino. Sea amable. Sea paciente. Deje que el amor de Dios que le atrajo a él, se refleje en la manera en que usted les habla
de él a otros. Lo más grande que le ha ocurrido en su vida es su salvación. Dígaselo a alguien. Carlos Wesley escribió:
"Oh, quien tuviera lenguas mil Del Redentor cantar, Las glorias de mi Dios y Rey,
Los triunfos de su amor." No tenemos mil lenguas, pero si tenemos una. Usémosla para el más noble propósito:
hablarles a nuestros amigos, parientes y vecinos de lo que Jesucristo ha hecho por nosotros. Cuando usted lo hace, ha dado
otro paso para el nuevo creyente. El Hijo de Dios se hizo hombre para que los hombres pudieran ser hechos hijos
de Dios. Dígaselo a alguien.
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